Sunday, September 23, 2007

Marilyn ha vuelto

Mientras espero, bebo una taza de café tras otra. Enciendo un cigarrillo, -con este ya van diez-, no es que la espera me ponga nervioso, más bien es la emoción de tener a una estrella como ella frente a mis ojos.
Lleva media hora de retraso. Supongo a ella se le perdona cualquier cosa, incluso su romance con John Kennedy. Habrá sido él el que la asesinó? Por fin hoy se revelarán todos los misterios y se sabrá si lo suyo fue un asesinato o un suicidio.
Hace por fin su aparición, es todavía más hermosa de cómo aparecía en sus películas y en las miles de fotografías que la retrataron. El tiempo de fallecida tampoco le hizo nada de mal, conserva la misma figura y la fresca sensualidad en sus labios.
Me estira una de sus delgadas y blancas manos para que la bese; lo hago algo nervioso, no estoy acostumbrado a saludos tan protocolares.
Después de los saludos que más bien parecen rituales, procedemos a sentarnos, pienso que tal vez todavía no asimila la época de su resurrección. Sus gestos, su modo de vestir, su vocabulario, claramente siguen siendo de la década del `50. Su época de gloria, en donde el séptimo arte la inmortalizó para siempre. No hacía falta más nada para llenar la pantalla, sólo su rostro, su perfecto rostro.
Debo de reconocer que me perturba mirarla a los ojos. Tiene una mirada profunda, envolvente, misteriosa, pero que sin embargo proyectan una paz interior. Se ve tranquila, serena. Será por su experiencia con la muerte?

-Marilyn, ¿cómo fueron sus años en el cielo?-

Bueno, de mucha paz. Cuando me morí pensé que me iría al infierno, con la vida de excesos que llevaba aquí en la tierra, pero ya ve usted. Será porque soy Marilyn Monroe que Dios decidió perdonarme, la verdad es que no lo sé.

-¿Tuvo oportunidad de entrevistarse con él?-

Con quién, con Dios?

-Sí-

No, que va. Imagínese que hasta poco antes de volver a la tierra lo anduve yo buscando para cantarle el “Happy Birthday”, y nada. Claramente él es un hombre muy ocupado.

-¿Por qué decidió volver Marilyn?

Bueno porque dejé aquí en la tierra muchas cosas inconclusas. Me faltan algunas películas por filmar, por ejemplo, además la industria me debe un premio oscar. Si se lo dio a Elizabeth Taylor que es peor actriz que yo, corresponde no?

- Y, ya para terminar. ¿Quién mató a Marilyn, fue la prensa o le ratón Mickey?-

Definitivamente el ratón Mickey, ese ratón de cola larga me contagió el virus hanta, esa fue la verdadera razón de mi muerte, no hubo sobredosis, suicidio, asesinato, nada, sólo una muerte poco glamorosa, pero es lo que hay. Además, esa es otras de las razones por la cual decidí volver, para vengarme, acabaré con él. Por eso es que le hago un llamado a los niños, no vean esos dibujos animados que mataron a la tía Marilyn; además son satánicos.
Marilyn bebe un sorbo de agua y se pone de pie. Estira de nuevo su mano, pero además me besa en la mejilla. Agradece la entrevista y dice que está muy feliz de estar de regreso en la tierra y especialmente en Chile, el primer país que visita tras su resurrección. Su gira continuará por Argentina, Brasil y México, para luego tomarse unas semanas de vacaciones y dar inicio al rodaje de su primera película después de resucitada.

Saturday, September 08, 2007

El Brando de los ojos tristes

El sábado pasado estuve de fiesta. Asistí al bautizo de una niña con rostro de pequeña Lulú. Pequeña Lulú que es mi prima y del que estoy seguro, fue una de la más esperada por sus padres, mucho más que cualquiera de nosotros (los catorce primos que somos), ya que mi tía, tuvo muchos problemas para quedar embarazada. Por ello es en cada navidad se le llena de regalos, en cada día del niño, hasta se inventan fechas para celebrarle. Como para volver a ser pequeño no?
Llegué algo tarde a la celebración, tanto así que la festejada estaba ya durmiendo. Parecía una princesita con su vestido blanco.
Me dieron a probar las exquisiteses que habían preparado para la ocasión y junto con ello, disfruté también de una copa de vino que trajeron del sur. Ahí comenzó la revelación de los misterios. El por qué de los males, la evidencia de la pena que arrastro desde los orígenes de mis existencia. Deseo huir, refugiarme. Están aquí mis seres más queridos, sin embargo deseo desaparecer. Escribir una carta a mi madre desde muy lejos, decirle que estoy bien, que la quiero muchísimo y que como nunca deseo abrazarla.
Veo en el suelo una colilla de cigarro a medio apagar, -ese es el fuego de la humanidad- me digo. A ratos vuelvo y logro sobreponerme, pero la angustia es más fuerte y me deja de nuevo tirado en el sillón; imposible sonreír, el nudo que tengo en mi garganta me lo impiden. Es el llanto acumulado de amistades perdidas que nunca tuvieron duelo, de un amor que se fue extinguiendo de a poco, de tiempos que giran tan vertiginosamente que casi impiden derramar una lágrima. -Tienes cara de triste-, me diría un desconocido días después. Presiento se avecina una ola que no se si me deje en pie.