Wednesday, March 25, 2009

Todas queríamos ser reinas

Aquello que comenzó como una humorada; terminó convirtiéndose en marca registrada, por suerte eso sí, -para mi desgracia o fortuna- (eso nunca llegaré a saberlo), no en marca registrada de una multitienda, sino en mi propia marca. Sin necesidad de patentar el nombre me adueñé del ya célebre ¡Y si fuera ella!, claro, tampoco hubo necesidad de hacerlo, no existió contra mi persona demanda alguna por hacer usufructo de dicho nombre.
Lo único que conseguí con este ambiguo juego de palabras fue interactuar con ustedes, -con algunos-, en especial con aquellos que supieron interpretar el juego, por lo demás, una interpretación de mil formas, puesto que nunca dejé en claro de qué realmente se trataba esto. Por una parte estaba el juego de las transferencias, aquello de lo que tanto se habla en psicología y al que un gay amante del glamour como yo no podía resistirse; por otra, la profunda admiración que siento por cada una de las diez candidatas que elegí para ser parte de este invento llamado ¡Y si fuera ella!
Invento cuya fecha de nacimiento data de enero de 2006, con la norteamericana Naomi Watts inaugurando la saga, desgraciadamente no puedo contar con la imagen de entonces, que mostraba a la protagonista de King Kong (Peter Jackson, 2005) ilustrando la portada de una revista, (supongo que americana), en que se ve a la actriz derramando caviar y sensualidad mientras come placenteramente el bocado de la elite. Provocadora imagen que logró entre los muchos comentarios uno que decía más o menos así: “una chica del pueblo”.
Y esa fue una de las mayores motivaciones que me llevó a continuar con el juego, la reacción de ustedes ante cada una de las mujeres que elegí para ser parte de mi cuadro de honor, por supuesto siempre condicionado a mi fascinación por ellas. Así desfilaron bajo el neón de mi propio Hollywood llamado ¡Y si fuera ella! una constelación de grandes estrellas: Julia Roberts y su memorable personaje por el cual ganó el Oscar en 2001, Erin Brockovich, la escandinava belleza de otra talentosa actriz, Julianne More, el derroche de sensualidad y dueña de una potente voz, Beyoncé.
La virgen de las vírgenes, Madonna, el tributo a la música kitsch y a la generación gays de los noventa que bailaba al son de “Desesperada” en las discoteques, Marta Sánchez. Una desconocida, pero no por ello bella y talentosa Hill Hernández, Miss Earth 2006, por supuesto chilena. Otra chilena, y de las grandes, Anita Tijoux, ex vocalista del grupo Makiza y actual solista. La sangre Mapuche que corre por sus venas pesó a la hora de elegirla, perdón por la contradicción chilena-Mapuche.
Debo de reconocer que poner a Nicole entre las diez candidatas responde más bien a una decisión influenciada, y dicho tráfico de influencias viene de un amigo, cuyo fanatismo por Nicole es casi tan grande como el mío por Shakira, por supuesto reconozco en Nicole un tremendo talento, (si no, créanme, hubiese dudado en agregarla a mi selecta lista que, nótese, ni siquiera tiene a Shakira, lo que ojo, no quiere decir dude del talento de la colombina), pero volvamos a Nicole y las razones por las cuales, además de haber recibido influencia fue que la elegí, por ser dueña de una potente voz y una gran compositora, además de realizar sólidos shows en vivo que no tienen nada que envidiar a la parafernalia de otros que sólo se quedan en eso, en parafernalia, y por favor, que nadie se sienta tocado con estas últimas líneas.
Y bueno, ya para terminar, debía de hacerlo en grande, con el mejor broche de oro, con el honor que me complace tenerla en mi humilde blog; sin importar se trate sólo de una fotografía, su sola presencia majestad mía, ilumina ésta, mi casa virtual. Usted es uno de mis pocos motivos por el cual me siento orgulloso de ser chileno en el extranjero; qué digan lo que quieran, pero usted es y será el mejor presidente que ha tenido este triste país, Señora Michelle Bachelet.
¿Y ahora qué?, la decisión es de ustedes. Vosotros tendréis la difícil misión de elegir a quien será coronada como “la” Señorita ¡Y si fuera ella!, demás está decir que mi influencia no vale de nada, porque si bien muestro una obvia preferencia por Michelle Bachelet, el resto de las candidatas también son de mi agrado. Juro ante ustedes que coronaré a quien ustedes elijan, por eso los invito a entregar su voto, cuya única condición es que sea un voto por blogueros. Mucha suerte a cada una de las candidatas y que gane la mejor.