Udo Maquiavelo a la Magnífica Michelle Bachelet
Ya es una obviedad que a un año y dos meses de haber asumido el poder las cosas no han resultada nada de fáciles para la primera mujer presidenta de nuestro país, y el acusar por medio de reflexiones machistas su inestable gobernabilidad es consecuencia de su condición de mujer (a pesar de que no me cabe duda todavía hay quienes piensen así), sería casi una limitación, sobre todo en estos tiempos, en que la cancilleria alemana es gobernada por una mujer, Angela Merkel, y que Ségolène Royal estuvo sólo a un par de votos de ser elegida la nueva presidenta de Francia. También es una obviedad que, como acusan los de regiones, Santiago no es Chile; y Chile no es Europa, que pena por aquéllos que se tragaron el cuento de "los jaguares de latinoamérica". No saben cuanto lo siento, pero sorry, no somos el viejo continente.
Pero bueno, no nos desviemos, y es que aprovechando la ocasión en la Universidad me hicieron leer "El Príncipe", de Nicolás Maquiavelo, y en vista de que mi profesora nunca me interrogó, yo, como el alumno aplicado que soy, para no olvidar lo leido, les entrego aquí una breve analogía de lo que ha sido el gobierno de Michelle Bachelet y de las recomendaciones que entrega Maquiavelo para conquistar y mantener los estados.
Como primera cosa según El Príncipe, determinaremos que el principado de Bachelet es un principado civil porque fue elegido por el pueblo, podría también haber sido una elección no hecha por el pueblo, sino que por los poderosos, ya que según Maquiavelo, cuando estos no consiguen tener a uno de los suyos en el poder, eligen y preparan a un simple mortal que también sea del pueblo para proclamarlo como Príncipe. De haber sido así en nuestro país, tendríamos a un lobo en cuerpo de oveja en el poder. Otra, y no menos importante característica que define a los principados civiles, es que al pueblo no quiere ser sometido ni oprimido por los poderosos y los poderosos quieren someter y oprimir.
Ahora bien, otras de las interrogantes que plantea Maquiavelo es la de si el Príncipe debe de ser amado o temido. Según él, es mejor que se le tema, porque algunos por permitir la piedad en sus principados, han hecho que se pierda el orden, aumentando con ello los robos y asesinatos. Lamentablemente Michelle Bachelet parece sólo haber permitido que se le ame.
Toda esta mala suerte que ha acompañado al gobierno de la Presidenta, porque ese es otro de los factores de los cuales habla Maquiavelo en su libro, sobre la suerte, es consecuencia única y exclusivamente de los tiempos en que le tocó gobernar, no se debe olvidar que el "proyecto Transantiago" es un proyecto que se arrastra desde el gobierno de Ricardo Lagos y que Michelle Bachelet llegó a poner en marcha. Los grandes beneficiados de estos tiempos de mala racha?, obviamente los de la derecha, que desde lo más oscuro han empezado a ver la luz para así acechar desde más cerca su presa.
"Reciba, pues, Vuestra Maginificencia este pequeño regalo con el mismo ánimo con que yo lo envío; un obsequio en el que, si lo leéis y lo consideráis atentamente, podréis reconocer uno de mis mayores deseos: que lleguéis a alcanzar toda la grandeza que la suerte y vuestras cualidades os prometen."
"Reciba, pues, Vuestra Maginificencia este pequeño regalo con el mismo ánimo con que yo lo envío; un obsequio en el que, si lo leéis y lo consideráis atentamente, podréis reconocer uno de mis mayores deseos: que lleguéis a alcanzar toda la grandeza que la suerte y vuestras cualidades os prometen."