Salven a la Reina
No es que el último disco de Madonna vaya hacer naufragar su carrera, pero tampoco es que Hard Candy vaya a elevarla al olimpo como uno de los mejores disco de la historia.
Es cierto Madonna no tiene que demostrarle nada a nadie, pero es quizá en ese trono de Diva casi omnipotente en donde la chica material a veces pierde su rumbo.
Su nuevo álbum se oye excesivo, tanto que ratos agota escucharlo. Quizá por eso lo dulce del título del álbum, -cománlo hasta que les hatíe-, lo malo es que al sexto tema uno ya está saturado de tanto dulce.
En su nuevo disco Madonna suena como a Nelly Furtado en Loose, las comparaciones no son gratuitas si se piensa la reina del pop trabajó con los mismos productores de la canadiense; y he ahí la pregunta, es necesario seguir las corrientes?. Supongo los acérrimos seguidores de Madonna le celebran cualquiera de sus caprichos, -los que compramos un disco de vez en cuando, y tenemos más de alguna fotografía de ella en la habitación, no-.
Para sus fans ojalá y Madonna editara un álbum todos los meses, pero nada creo yo le haría mejor que tomarse un tiempo de receso, -para tú próximo disco Madonna, tómate dos, tres, cinco o diez años si lo prefieres. Vuestro trono Majestad mía, seguirá estando donde siempre, no habrá Cyndi Laupers, Britney Spears, ni Shakiras que osen ocuparlo-.
Quizá ese tiempo le sirva para producir maravillas como Ray of light, una verdadera delicia para los sentidos, en donde la voz de Madonna (después del trabajo vocal que hubo de realizar para el filme Evita), se escucha exquisitamente sofisticada.
Supongo que con Hard Candy la Diva del pop deseaba innovar, reinventarse, pero nada me suena más añejo que ese dulce ya caducado.
Si hay alguien que sabe reinventarse y sonar distinta en cada álbum que edita, esa es Bjork, Señores. He dicho.
Es cierto Madonna no tiene que demostrarle nada a nadie, pero es quizá en ese trono de Diva casi omnipotente en donde la chica material a veces pierde su rumbo.
Su nuevo álbum se oye excesivo, tanto que ratos agota escucharlo. Quizá por eso lo dulce del título del álbum, -cománlo hasta que les hatíe-, lo malo es que al sexto tema uno ya está saturado de tanto dulce.
En su nuevo disco Madonna suena como a Nelly Furtado en Loose, las comparaciones no son gratuitas si se piensa la reina del pop trabajó con los mismos productores de la canadiense; y he ahí la pregunta, es necesario seguir las corrientes?. Supongo los acérrimos seguidores de Madonna le celebran cualquiera de sus caprichos, -los que compramos un disco de vez en cuando, y tenemos más de alguna fotografía de ella en la habitación, no-.
Para sus fans ojalá y Madonna editara un álbum todos los meses, pero nada creo yo le haría mejor que tomarse un tiempo de receso, -para tú próximo disco Madonna, tómate dos, tres, cinco o diez años si lo prefieres. Vuestro trono Majestad mía, seguirá estando donde siempre, no habrá Cyndi Laupers, Britney Spears, ni Shakiras que osen ocuparlo-.
Quizá ese tiempo le sirva para producir maravillas como Ray of light, una verdadera delicia para los sentidos, en donde la voz de Madonna (después del trabajo vocal que hubo de realizar para el filme Evita), se escucha exquisitamente sofisticada.
Supongo que con Hard Candy la Diva del pop deseaba innovar, reinventarse, pero nada me suena más añejo que ese dulce ya caducado.
Si hay alguien que sabe reinventarse y sonar distinta en cada álbum que edita, esa es Bjork, Señores. He dicho.