Sí, Carpe Diem

Me voy lejos para extrañar de verdad. Para cortar el cordón umbilical, para escapar de la asfixia que a veces produce el amor de madre.
Me voy lejos para sobrevivir. Para sentir de verdad el frío, para conocer el verdadero dolor que produce la soledad.
Ésta vez el viaje es algo más incierto que mi viaje al Perú, pero no importa, estoy dispuesto a correr el riesgo.
Me voy lejos para sacudirme esta maldita inercia, para salir de la horrible monotonía que nos mata de a poco.
Aún así soy un cobarde. Soy incapaz de dejarlo todo y madarme a cambiar, (que éstas últimas líneas no los confundan, esa cobardía de la que hablo, es de dejar trabajo, estudios, una cama donde dormir, un techo donde capear el frío, el calor, etc...)
Me voy lejos para tener una aventura que recordar, para cuando la propia sociedad nos haya hecho ya viejos, y haya ya llenado nuestros corazones de tristeza.